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La Danza de las Estrellas

  • Foto del escritor: Leonardo E. Arteaga Ibarra
    Leonardo E. Arteaga Ibarra
  • 31 may 2022
  • 2 Min. de lectura

De sterrennacht (1889), Vincent van Gogh


I


En el conjuro ella dijo:


“Que se corte el hilo de nuestro destino

y me sea imposible volver a verte.

Que me abandone de ti toda la suerte

y tu rostro desaparezca de mi camino.”


II


En este mundo todo tiene una fragancia.

¿Cuáles son las flores más hermosas?,

¿los tulipanes, las gardenias o las rosas?

¿Qué plantas se evitan por repugnancia?,

¿dónde se posan las moscas y no las mariposas?,

¿o las que son indiferentes entre otras cosas?

¿Qué es el destino?, ¿qué significa mancia?


III


Amanecí,

de la fiesta acabada

su vista asía.

En la almohada

clavó el fresco perfume

de su jardín.


IV


Junio de fresca primavera, inflámame,

con tu encanto báñame y déjame sentir

que las eternas tinieblas están aquí. Estréllame

con todos los astros del cielo, para morir

en el oscuro abismo de sus ojos negros.

Arranca de mí la tarde y empieza a cantar

como el susurro suave de un fresco arroyo.

Abofetéame cada mañana para abdicar

la luz que lastima con eléctrico rayo violeta.

Noche, déjame saber que ha perdido el amar

y que ahora camino en nocturno de luna nueva.


V


Al anochecer

las calles toman una serenidad

propia del silencio y la muerte.

Habrá fiesta, licor y cerveza.

Y espíritus que bailan y danzan,

pero, detrás de puertas y cadenas

un ruido ahogado hace eco

en paredes y establecimientos cerrados.


Las tinieblas en su cenit

incitan a los cuerpos amantes,

inspiran a poetas y músicos,

transforman feas grietas de ciudad

en profundas raíces de abismo y penumbra.

Transforman lo cotidiano

en algo místico, religioso y tenebroso.

La noche siendo simplemente la noche.


Los símbolos zodiacales

y la conjunción de los astros se pierden

en aguas negras del cielo.

Libra, Géminis, Virgo, Escorpio y Leo…

Son estampas de un firmamento derrotado

por las brillantes farolas de avenidas y bulevares.

Y espíritus danzantes esperan

el ocaso de la noche y las estrellas.


VI


Aún yo, que practiqué brujería,

recito esta lamentable canción.

A un yo, adolescente, pido perdón.

Decía el hechizo con armonía

cuando a mi mente vino una visión…

la carta trece del tarot.

¿Qué significa aquella profecía?

No, no es mi muerte, porque sé

que un surco labrado es mi destino.

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