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  • Foto del escritorLeonardo E. Arteaga Ibarra

El perro de Sofía

(Leyenda tampiqueña)



La historia que narro a continuación no me pertenece, la escuché cuando era muy pequeño en la ciudad de Tampico. Ciudad en la que viví toda mi infancia.


Hace algún tiempo, en la ciudad de Tampico, Tamaulipas, existía un hospital psiquiátrico de pésima reputación en donde los enfermos mentales nunca se curaban. Eso no sería tan importante, pues era común, dado el tiempo en que está historia se forjó, que los hospitales psiquiátricos en todo el mundo fueran lugares de encierros destinados al sufrimiento. A no ser que cierto día un paciente considerado en extremo peligroso escapó.


Inmediatamente después del hecho ocurrido las autoridades locales dieron aviso a la población de que un enfermo mental andaba suelto. Sin embargo, como sucede en algunos casos, a algunas cuantas personas no les llegó la noticia. Este fue el caso de la joven Sofía quién la noche en que el paciente escapó había dejado la ventana de su baño abierta.

Sofía era una joven universitaria que se había mudado a la ciudad para estudiar la carrera de medicina en la Universidad del Noreste (UNE), por lo que había rentado un modesto departamento cerca de la universidad. Vivía prácticamente sola, excepto porque tenía un perro Golden Retriever, el cual era su única compañía en sus días de estudio. En realidad Sofía era una joven muy disciplinada que gustaba de descansar temprano a pesar de la enorme carga de trabajo que la escuela le exigía. La relación con su perro era especial, pues él siempre dormía a un costado de su cama para protegerla.


La noche del incidente, la noche en la que el enfermo mental escapó, Sofía había salido más rápido de su ducha nocturna y dejó la ventana del baño abierta para que éste se secara. Como de costumbre se fue a dormir temprano para poder despertarse e ir a la escuela al día siguiente. No obstante, al pasar algunas horas de la madrugada ella se despertó al escuchar el ladrido de su perro, pero estaba tan cansada que no le prestó mayor importancia y se volvió a dormir. Para ser despertada nuevamente a las 3:00 am. Estando sobre su cama bajó la mano para saber que su perro estaba ahí, con ella, para cuidarla. Éste le lamió la mano, señalando que todo estaba bien.


Al despertar en la mañana para arreglarse e ir a la universidad, Sofía, entró al baño de su departamento y quedó horrorizada al ver el cuerpo de su perro desmembrado. Al llamar a la policía, y a los médicos forenses, estos determinaron que el animal se hallaba muerto desde la 1:00 am. Unas horas después la policía encontró cerca del lugar al paciente del hospital, lleno de sangre, a quiénes las autoridades identificaron como el único responsable por la muerte del perro de Sofía.

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