Nancy Neptuno (2022), Miztli Mora.
Mira a tu alrededor: hay otro, siempre hay otro.
Rosario Castellanos
No entiendo por qué el mar me produce melancolía. Creo que las playas son muy solitarias, o quizá sea el color del océano… Lo que es cierto es que no me gusta el calor. Me da bochorno, ¿estás escuchando, Miguel?
― Sí… Si tú quieres en Semana Santa volvemos a Mazunte y Zipolite, la verdad es que también me gustaría ir ―contesta Miguel mientras teclea en su celular.
― Estoy diciendo todo lo contrario. No quiero ir a ninguna playa estas vacaciones, quedémonos en la ciudad o vayamos a Monterrey a visitar a mis primas.
― No tengo problema en ir a Monterrey... si es lo que quieres, Nancy ―responde Miguel mientras sigue en el celular.
El año pasado Nancy Neptuno y su novio, Miguel Marte, habían pasado sus vacaciones de Semana Santa en las costas de Oaxaca. Sin embargo, aunque el viaje fue romántico después de esa última visita al mar, Nancy, había regresado con una melancolía que ahora inundaba todas las actividades que realizaba. Sobre todo se veía reflejado en su proyecto artístico de Instagram “@retrata.latina”, el cual consistía en retratar a las mujeres más emblemáticas de toda Latinoamérica: artistas, escritoras, compositoras, políticas, pensadoras, intelectuales, etc. Los retratos que ahora adornaban su galería virtual comenzaban a lucir diferentes. No sólo en la forma y los colores, los cuales eran de tonos más fríos, también el semblante de aquellas mujeres había comenzado a cambiar, como si la misma Nancy se estuviese reflejando en ellas.
Nancy lograba percatarse ligeramente de ese cambio y creía que, más que un problema emocional que se estuviese viendo reflejado en sus obras, se trataba de que su calidad como artista hubiera empezado a decaer. Por si eso fuera poco, su novio Miguel actuaba distante desde hacía un par de meses. Ella pensaba que era su culpa y que su innecesaria melancolía estaba provocando que él se alejara cada vez más.
En casa todo marchaba bien. El trato con su mamá y su pequeño hermano seguía siendo el mismo. Pero el trabajo comenzaba a ser cada día más agobiante, pues la empresa en la que trabajaba como proyectista había decidido ampliar su catálogo en viviendas de interés social, por lo que habían contratado a un nuevo jefe en el área quien, además de ser arrogante y exigente, no perdía el tiempo para insinuárseles a las trabajadoras del área y Nancy no era la excepción. Como todas las mujeres, desde pequeña había tratado con situaciones de acoso, sin embargo, eso no significaba que los comentarios y las actitudes del nuevo “Jefe” no la incomodaran. Al contrario, tomó medidas desde el primer comentario y lo denunció con el área de recursos humanos, sin ningún éxito. Volvió a denunciarlo en otras dos ocasiones, pero lo único que hizo recursos humanos fue ofrecerle un cambio de área. Ella se negó y alegó que al que debían de mover de área era a él. Además, amenazó con llevar la cuestión fuera de la empresa, pero eso a la empresa parecía no importarle. Sólo le llamaron la atención al “Jefe” y la amonestación más que molestarle le pareció un halago, pues pensó que la queja en su contra serviría como carta de recomendación a los dueños de la empresa, ya que si los empleados se quejaban más era porque estaba haciendo bien su trabajo.
Esta situación trasformó la melancolía de Nancy en algo más profundo. Todas las noches después de la cena empezaba a llorar. Dejó de compartir los fines de semana con su novio Miguel y comenzó a posponer el retrato de aquellas emblemáticas mujeres latinoamericanas para otro día.
Todo era caos en el mundo de Nancy hasta que una mañana, mientras iba a su trabajo, leyó en un cartel pegado en el metro la siguiente frase: “NO DEJES QUE MUERA EL ARTISTA QUE LLEVAS DENTRO, inscríbete a nuestros cursos de piano, guitarra y violín”, estas palabras hicieron eco en su cerebro, algo en el empezó a cambiar. Al salir del metro y cruzar la avenida que da a sus oficinas vio un espectacular que decía: “DESPIERTA TU DÍA ES AHORA… bebe Nescafé a tu gusto”. Aquellas dos frases hicieron que durante su jornada laboral Nancy se reanimara y al regresar a casa esa noche reactivó su cuenta de Instagram con un hermoso retrato de Violeta Parra.
Al día siguiente, al salir de su oficina leyó un letrero que decía: “CANSADO DE QUE TE VEAN LA CARA… cambia tu Afore a Profuturo, con nosotros tus ahorros están seguros”. Y al llegar a su casa mientras su madre veía su programa favorito en la televisión leyó el siguiente anunció: “Rexona, no te ABANDONA”. Esa misma noche Nancy terminó con su novio Miguel mientras él le confesaba que desde hacía dos meses le era infiel con su compañera de trabajo Vanessa Venus.
Por la mañana, mientras arreglaba su cabello para ir a la oficina, le llegó una notificación al celular que decía lo siguiente: “EL JUEZ… ahora disponible en Netflix”. Y en la calle antes de llegar a su oficina le entregaron un volante con la siguiente frase: “Necesitas ASESORÍA JURIDICA nosotros te ayudamos”. Ese mismo día renunció a su trabajo y comenzó una demanda contra su antiguo “Jefe”.
Tiempo después, mientras presentaba sus retratos en una famosa galería de Monterrey leyó un espectacular de la ciudad que decía: “VIVIR ES INCREIBLE… GNP seguros”.